Sobre la importancia relativa de la privacidad de Bitcoin

Bitcoin es un medio de intercambio. Es decir, un bien que todo el mundo puede comprar con facilidad en el mercado y que es usado en mayor o menor medida en el intercambio indirecto. Por definición, Bitcoin todavía no es dinero, puesto que su uso como medio de intercambio no se ha generalizado. No obstante, fuera del ámbito académico o de los debates científicos formales no hay problema en referirse a Bitcoin como dinero. Bitcoin es dinero en potencia y, debido a su condición de medio de intercambio, le son plenamente de aplicación las leyes del intercambio indirecto y del dinero.
Aquellos que usamos Bitcoin como medio de intercambio solemos pensar que la privacidad de las transacciones es una cuestión importante. Y, afortunadamente, contamos con bitcoiners muy concienciados con la privacidad que trabajan duro en este frente para hacernos a todos la vida más fácil. Sin embargo, el mérito de estos bitcoiners y el reconocimiento que merece su trabajo no deben ser obstáculo para señalar aquello en que se puedan estar equivocando. A todos nos pasa en algún momento que los árboles no nos dejan ver el bosque.
En mi opinión, estos bitcoiners olvidan demasiado a menudo que lo fundamental de Bitcoin es ser un medio de intercambio (MoE). De hecho, suelen evitar referirse a Bitcoin como MoE o como dinero. Y, lamentablemente, una vez que se deja de lado que Bitcoin es esencialmente un medio de intercambio y que todos los casos de uso prácticos son consecuencia de esa condición de MoE, es fácil perder el rumbo.
Al centrarse exclusivamente en la privacidad, no parecen darse cuenta de que si Bitcoin no fuera un medio de intercambio a nadie le importaría la privacidad de Bitcoin, porque nadie lo usaría, ni siquiera ellos. Al no ser conscientes de esta circunstancia, son propensos a tener en poca consideración o incluso menospreciar el trabajo de aquellos desarrolladores que buscan hacer posible la adopción masiva de Bitcoin.
Asimismo, suelen subestimar la importancia del precio de Bitcoin. Ciertamente, los precios son solo datos históricos, cosa del pasado. Sin embargo, nos permiten atribuirle a Bitcoin determinado poder adquisitivo (tanto en el presente como de manera prospectiva). Y nada hay más importante en un medio de intercambio que su poder adquisitivo. De hecho, nadie utiliza un bien como medio de intercambio sin suponerle determinado poder adquisitivo. En este sentido, debe quedar claro que el proceso de utilización de un bien como MoE resulta exitoso gracias a los precios históricos de intercambio que se suceden continuamente en los mercados.
Cuando alguien se plantea el futuro de Bitcoin a corto y medio plazo, sus expectativas pueden ser favorables o desfavorables, dependiendo de su punto de vista y de su análisis. Pero esas expectativas difícilmente pueden ser estables, puesto que Bitcoin todavía atraviesa por un proceso de descubrimiento. Durante este proceso, la adopción puede estancarse o reducirse de forma sostenida, ello significaría que Bitcoin estaría fracasando. Es decir, durante el proceso de descubrimiento, el éxito de Bitcoin se debe traducir necesariamente en un aumento continuado de la adopción. Y para ello son necesarias herramientas que faciliten la adopción masiva.
La adopción resulta fundamental a fin de que se mantenga o se incremente el poder adquisitivo de Bitcoin (aspecto fundamental de un medio de intercambio). En caso de que el poder adquisitivo tendiera a la baja de una forma sostenida, Bitcoin no sería adoptado como medio de intercambio. Y, por supuesto, en tal caso Bitcoin tampoco sería usado como reserva de valor. Puesto que la reserva de valor de Bitcoin no es otra cosa que la reserva de su poder adquisitivo para el futuro. Es decir, la reserva de valor de Bitcoin implica su condición de MoE.
En conclusión, la privacidad de Bitcoin es muy importante, pero también lo son su adopción como MoE, su poder adquisitivo y su precio, puesto que sin ellos la privacidad no sería necesaria. Por lo tanto, tanto las herramientas que faciliten la privacidad como las que favorezcan la adopción deben ir creciendo simultáneamente.